1. Es importante medir el valor de las palabras. Las palabras positivas y bondadosas construyen y acercan a las personas; las palabras punzantes y negativas, lastiman, secan el alma y nunca se olvidan.
2. Una vez que las palabras salen de la boca de uno, se esparcen, salen de la boca y es imposible recuperarlas. Cada persona escucha y entiende lo que quiere o lo que le conviene. Es imposible controlar el pensamiento de otros; hablar de terceras personas invita a crear malentendidos.
3. Al hablar mal de una persona, se envenena a 3 personas a la misma vez. Se intoxica y contamina al mismo tiempo el que habla, el que escucha y del que se habla.
“Cada uno de nosotros tenemos la opción de escoger lo que decimos y como lo decimos; al ser responsables de las propias acciones .
Por eso es bueno averiguar bien antes de hablar y actuar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario